Diversión y aprendizaje se unen en los juguetes didácticos
enero 17, 2018 | Publicado por: Patricia Merello Guzmán
Crecer no es
solo una cuestión de centímetros, la evolución intelectual, psicológica y
social de los pequeños también es fundamental. La inquietud de los niños se
manifiesta en la multitud de juegos que protagonizan su día a día. Pasarlo bien
es un objetivo principal al experimentar el juego, pero no es el único. La premisa
de aprender y desarrollar destrezas al mismo tiempo que se divierten fue la que
dio lugar a los llamados juegos didácticos, clasificados según las áreas de
personalidad del infante por Martha Glanzer en su libro El juego en la niñez.
Este tipo de
juguetes se diferencian del resto ya que implican la adquisición y reforzamiento
de conocimientos, capacidades y valores. Potencian el entrenamiento de la
memoria, el desarrollo de la percepción y de la atención, y dan rienda suelta a
la imaginación. Educación y diversión se funden en un abrazo que permite a los
pequeños formarse como personas del mundo. Los métodos de repetición se apartan
para que los niños conciban el aprendizaje, no como algo aburrido y tedioso, sino
como una actividad extraordinaria. Por tanto, los juguetes didácticos les ayudan
a aglutinar experiencias útiles que les servirán en un futuro.
Las interacciones
a tutiplén y el sorprenderse con lo desconocido predominan en la vida de los
pequeños. Las nuevas tecnologías les aportan infinidad de contenidos
educativos, sin embargo, estas solo les permite jugar con la vista y el oído. Por
ello, los juguetes didácticos alejados de las pantallas a veces resultan más beneficiosos
que los cuentos interactivos porque requieren de los cinco sentidos.
Entre la enorme
cantidad de juegos existentes es tarea de los padres seleccionar el producto
adecuado. El valor lúdico, el diseño y la edad determinan cual es la mejor opción.
Y es que, en muchas ocasiones, los niños descubren a qué se quieren dedicar en
el futuro a través de los juguetes didácticos. Julieta Fernández redactora de
Didactalia.net explica que “deben ser seguros y adecuados para la edad y
capacidad del niño”.
En este sentido
se distinguen juguetes adaptados para cada etapa de crecimiento. De 0 a 2 años se
recomiendan los juguetes blandos, coloridos y que sean sensoriales, como los libros de tela que presentan diversas texturas. Asimismo, destacan los arrastrables
que les ayuden a empezar a caminar. El cocodrilo bailarín de Plantoys, además de
ser sostenible, seguirá sus pasos.
Los rompecabezas
y las construcciones son indicados para los pequeños de 3 a 5 años. En esta
etapa, también coquetean con manualidades que fomentan su creatividad. Un ejemplo
es el kit Colorea tu galaxia de la colección Seedling, que incluye una pelota
de tela para pintar al mismo tiempo que los niños conocen la galaxia y sus
planetas. Tampoco faltan las bicicletas y demás juguetes que les ayuden a desarrollar
la resistencia y el control muscular.
A partir de 6
años, juguetes como Addict a ball sumergirá a los niños en un laberinto que
mejorará su paciencia y coordinación. Mientras que los juegos STEM relacionados
con las ciencias y la tecnología llamarán su atención. Los juegos ecológicos se
abren paso para fomentar el respeto del medioambiente desde una edad temprana. En
Sevilla se encuentran dos tiendas especializadas en juegos educativos: Xplora y
Princesas & Caballeros, en las que además se realizan talleres lúdicos. Las familias
tienen a su disposición una variada oferta, no obstante, siempre podrán
optar por los juguetes caseros, que también garantizan el aprendizaje divertido de
las letras, las horas o los números.
0 comentarios